Edgar De Santo
Edición del autor
2010
“Mucha gente me ha tocado en el camino hasta este escenario esta noche. ¿Cómo puedo decir quién me tocó más? ¿Mi padre, el soldado americano? ¿Pudo haber sido mi madre?” se pregunta Hedwig, la protagonista de la película Hedwig And The Angry Inch (John Cameron Mitchell, 2001) al momento de recapitular su vida. Lo mismo podría preguntarse Patricio, el protagonista de El preferido, hacia el final del recorrido que traza su relato. Son muchísimos los hombres que lo tocan a lo largo de la novela desde su infancia, partiendo del verdulero: “Estaba con la cadera y la camisa grafa demasiado abierta para ver un pecho enorme como una pista de aterrizaje y su voz velluda”, “Nos tiramos en el colchón y me besaba, no me ponía la boca y la lengua, me besaba” y el carnicero: “Tenía una lengua gorda. Me llenaba tanto que no podía respirar”; hasta sus propios familiares: “Estás con el tío, no hay problema”; pasando por un linyera y sus amigos. Y es que, como dice el tío, “ese culo está pidiendo” y nadie puede resistirse a ese niño que está en plena pubertad.
LA SUCIA LECCIÓN DEL CORAZÓN
De la misma manera que El corazón es engañoso por sobre todas las cosas, la novela de J. T. Leroy (y la película homónima dirigida por Asia Argento), El preferido es una novela sobre las trampas de la inocencia. Patricio, a pesar de su infancia, está abandonado a su propia suerte; deambula por la periferia de La Plata y pasa de mano en mano recibiendo en su propio cuerpo las lecciones de la vida. Ni siquiera su propia familia funciona como espacio de contención; por el contrario, ellos son los primeros en abusar de él, especialmente su padre: “Me puse encima y me metió la lengua en la boca”, “me tiré boca abajo y terminó lo suyo” y su hermano: “Dale nene, dale, que hace rato que no al pongo, cómo te gusta, maricón”. La única posibilidad que tiene Patricio para salir de ese círculo vicioso es fugarse del hogar y dejar atrás el suburbio; la familia se convierte entonces en la última parada de su primer recorrido: “Nunca más supe de ellos. Faltaba un mes para mis catorce años”.
NOVELA DE APRENDIZAJE
Conforme avanza la narración, El preferido se inserta dentro de la tradición que los alemanes llamaron bildungsroman, término que puede ser traducido como “novela de aprendizaje” o “novela de formación”. En principio, la educación que recibe es de carácter sexual: “Cuando le salió la leche me la tragué sin saber si me había meado la boca o qué. Cuando le pregunté me dijo que era la semilla de los varones, que la guardara así me hacía más hombre”. A partir de ese momento Patricio queda sumergido en un constante devenir, primero hombre: “Yo ya me la había tragado y la verdad es que me sentía más hombre”; luego puta: “cuando se les cae la billetera me quedo con algunos pesos”; y por último Lolita: “Me empezó a decir Lolito. Yo me dejé y aprendí mucho”.
VIAJE
Como en el caso de Karl Rossman en Amérika de Kafka, otra novela de aprendizaje, la experiencia formadora de Patricio también viene aparejada con el viaje. Sus desplazamientos son constantes ya desde su infancia en el suburbio platense y, como en la novela de Kafka, aceleran la narración; especialmente en las instancias en las que el viaje marca un quiebre. Ejemplo de esto es el viaje que hace del hogar familiar al centro de La Plata, que coincide con la apropiación que hace de su propio cuerpo para prostituirse. Patricio percibe el cambio que se produce a partir de este traslado en términos cualitativos; a diferencia de lo que ocurría en su pueblo natal, en el centro todo es lindo, especialmente los hombres: “No se parecía a ningún tipo que yo conociera. Era fino, tenía lindo olor, linda ropa, lindo auto y finalmente, lindo departamento”. Una vez que toma la distancia necesaria de su infancia, empieza a percibir lo siniestra que era: “El Bosco parece que conoció a mi viejo, al tío Dani, a mi tía y a mi vieja”.
LA FAMILIA DEL FUTURO
Ante un mundo hispersexualizado, donde todos buscan un pedazo de él, y una historia que se va oscureciendo más con la perspectiva que va ganando, Patricio opta por refugiarse en aquello de lo que siempre careció: la familia. Para ello forma una alianza de tres con sus amigos Sara y Manuel: “Quería vivir con ellos dos. Los tres juntos. Sin matrimonio, sin patrimonio. Otra asociación posible”. En este punto El preferido entra en sintonía con la reciente ley de matrimonio igualitario y propone otra unión posible, otra familia, la familia del futuro. De la misma manera que ocurre en la novela Una casa al fin del mundo de Michael Cunningham, Patricio funda este hogar en torno al nacimiento de la hija de Sara: “Les proponía vender mis dos departamentos y comprar una casa para que podamos vivir los cuatro, la nena también. Que la nena sea de los tres”.
GENEALOGÍA
El preferido es una novela en verso y eso no es un dato menor. Sin embargo, no se trata de una novela poética, se la puede ubicar más bien cerca de lo que Osvaldo Lamborghini llamaba “prosa cortada”. Esto es así en la medida en que la versificación y la prosificación son procesos reversibles, como ocurre en Sebregondi retrocede, de Lamborghini. Por otro lado, dentro de la tradición de la literatura argentina, El preferido es una novela que puede ser ubicada dentro de la línea que siguen autores como Pablo Pérez en El mendigo chupapijas o Alejandro López en La asesina de Lady Di y Keres cojer? Los tres manejan un registro lingüístico coloquial y llevan el relato de la experiencia homosexual al límite.
Martín Villagarcía